Mi Ventana Óptica Funesta transculturación

Por Alejandro Almánzar

Seguimos demostrando por qué, a pesar de tener casi doscientos años como nación, no sabemos quiénes somos, de dónde venimos, ni para dónde vamos. No puede tener futuro un país, que sus ciudadanos abracen culturas ajenas, abandonando la propia.

 

Donde nuestra identidad musical es suplantada de la noche a la mañana, por cualquier desaguizo rítmico foráneo. ¿Es “casual”, que ritmos violentos, y vacíos de contenidos sustituyan nuestra expresión cultural, el Merengue y la Bachata?

 

Definitivamente no, se trata de la pérdida vertiginosa de nuestra identidad nacional, y dentro de poco, ya no celebraremos Navidad, ni Año Nuevo, para adueñarnos de Thanksgiving, de lo que no conocemos el origen, ni su significado.

 

Más bien, actuamos como un conglomerado de gente que se engancha a cualquier moda, y como los monos, haciendo lo que otros hacen, sin saber por qué, ni para qué. Con este vacío de identidad e intelectualidad, quienes más sufren son los pobres pavos, pues su calvario comienza a destiempo.

 

Ahora, hacemos un bateo y corrido, desde Noviembre, porque la funesta transculturación nos lleva a estas ajenas celebraciones. Pero la cosa no se queda en Thanksgiving, ya tenemos un “Black Friday”, y en poco tiempo escucharemos a los niños de Pekín y Los Mina, repitiendo, “Trick or Treating” buscando dulces, porque en lugar del Carnaval,  celebraremos a Hollowing.

 

Es raro usted ver en Los Estados Unidos a nacionales de Centro o Suramérica celebrando estas festividades. Y tampoco es cuestionable que lo hagamos en esta nación, pues si aquí vivimos, debemos respetarles su cultura, y envolvernos en sus tradiciones para no aislarnos.

 

Pero raya en lo ridículo, ver a nuestra gente haciendo esto, como si el país no tuviera sus propias celebraciones, que aunque de muy ingrata recordación algunas, pero esa son las nuestras, las que nos identifican como pueblo.

 

El primer día de Acción de Gracias se celebró en Xaragua, en 1503, el día que puso de relieve la crueldad del Descubrimiento de América, con la matanza de indígenas en lo que hoy se llama Jaragua, en el Sur Profundo, República Dominicana.

 

Allí convocaron a Caciques y personalidades de la raza nativa, a celebrar con los españoles esta festividad, emborracharon a los indios, y cuando estos estaban rendidos por el sueño y la embriaguez, esos “evangelizadores” les pegaron fuego a la casona, de donde pocos escaparon vivos.

 

Thanksgiving, para Los Estados Unidos, tiene una connotación especial para sus primeros habitantes, pues en 1620, pasaban por momentos difíciles, algunos muriendo de hambre, y de repente apareció una manada de pavos, con lo que se alimentaron, y dieron gracias a Dios por la aparición de estas aves.

 

El primer presidente estadounidense, George Washington, hizo declarar aquella fecha como el día de dar Gracias en familia, por tan significativo acontecimiento. Los pueblos que abandonan su identidad, desprecian su origen, eso que da razón de existir, y esta funesta transculturación nos convertirá en apátridas, aún en nuestro propio territorio.

 

alex15958@hotmail.com

Twitter, @alexalma09

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