Mi Ventana Óptica Aborto y manipulación
Por Alejandro Almánzar
Razón tenía Karl Marx, filósofo y economista alemán, padre del Capitalismo, cuando expresó, “la Religión es el opio de los pueblos”. Sólo eso explica que en pleno siglo XXI, la Iglesia intente imponer la pena de muerte a la mujer, penalizando el aborto.
Aunque el Vaticano ha tenido hombres como Juan Pablo II, Benedicto XVI, y el actual, papa Francisco, todos con una visión clara sobre la realidad espiritual, los católicos siguen en el desfase teológico.
Por eso, libran una lucha a muerte, para que el Código Procesal Penal penalice el aborto, sin importar la causa que lo motive, demostrando, su lucha no es por el derecho a la vida, si no, por el deseo de dominación a los demás.
La mujer representa más del 65% de la feligresía católica, pero son despreciadas y maltratadas por esa jerarquía eclesial, en el nombre de Cristo. No se puede invocar el derecho a la vida del que intenta nacer, sobre la base de la “muerte” de la madre.
En nombre de ningún Dios, se puede obligar a la mujer violada parir el hijo que un delincuente dejó en su vientre. Tampoco, alumbrar sin estar preparada mental y sicológicamente, para ceder a la manipulación religiosa.
Son las decisiones que obligan a los pueblos a colocarse por encima de estos dioses terrenales, que se creen con el derecho de manejar a su antojo la conciencia humana, valiéndose del desconocimiento y falta de madurez espiritual de individuos.
Fue correcta la decisión del mandatario, Medina, devolver esa pieza al Congreso, donde legisladores irresponsables primero piensan en sus intereses personales, que en la sociedad que juraron representar.
“Garantizar la Vida» desde la concepción hasta la muerte, es un sacrilegio a la mujer, que al estilo el Medio Oriente, se le pretende imponer en República Dominicana. La prohibición del aborto, condena a muerte a jóvenes, que salen embarazadas por la falta de orientación, porque aquí es vedado orientar sexualmente a los jóvenes, para no chocar con los intereses de esa Iglesia medieval.
Es un derecho universal de la mujer, decidir si pare o no a un hijo, determinación que no puede estar sujeta a los caprichos religiosos de aquellos que intentan imponer la Satánica Inquisición, en contra de las quisqueyanas.
Los jerarcas de la Iglesia Católica dominicana deberían seguir el ejemplo del papa Francisco, haciendo suyo su cristiano enunciado, “quien soy yo, para juzgar la condición sexual de ningún individuo”. Y es, que al mundo de hoy, es imposible imponerle caprichos teológicos.
La Edad Media no se volverá a repetir, por más que se aparten de la evolución. Los textos de la Luz fueron quemados en esa época oscura, pero en tiempo de la Internet eso tampoco es posible reeditarlo.
Si continúan en el pasado inquisidor, terminaran en el lugar de la mujer de Lot. Ese ayer retrogrado y bochornoso, no tiene cabida hoy, por lo que esa lucha contra el aborto es total manipulación eclesial.
Twitter, @alexalma09