Licencias de conducir para indocumentados son casi una realidad en EE.UU.
En opinión de la profesora Sarah E. Hendricks, de la Universidad Drake, resulta un «paso pragmático» para los estados otorgar licencias a la gente sin papeles, porque mejoran la seguridad, ayudan a facilitar el proceso de ajuste de los inmigrantes y sus familias y aumentan su impacto social y económico.
Sin embargo, en su estudio «Vida sin licencia en la cultura del automóvil», señala que el avance ha sido lento y todavía subsisten los obstáculos para otorgar el documento, «aun en un país como Estados Unidos que figura entre los que más dependen del automóvil en el mundo».
Hendricks declaró a Efe que algunos estados imponen limitaciones que contribuyen «a un clima de temor que impide la adaptación de los inmigrantes», que son trabajadores, empresarios, consumidores, contribuyentes y miembros de la comunidad.
Arizona fue hasta este mes uno de los que se negó a otorgar licencias a los «soñadores», según lo dispuesto por la Acción Diferida aprobada hace dos años por el presidente Barack Obama, mientras que en Nebraska un plebiscito anuló la ley que daba licencias a indocumentados.
En el caso de Arizona, la gobernadora Jan Brewer anunció la prohibición de las licencias el 15 de agosto de 2012, el día en que entró en vigencia la medida presidencial que protege contra las deportaciones y permite trabajar y estudiar a los indocumentados que fueron traídos muy pequeños al país.
El tema fue llevado a la corte por la ACLU y, tras la negativa del Tribunal Supremo de los EE.UU. de suspender una decisión del noveno circuito de la Corte de Apelaciones que autorizaba la entrega de licencias, el pasado 18 de diciembre un juez federal dio luz verde para que el Departamento de Transporte de Arizona empiece a emitir el documento este mes a unos 22.000 jóvenes.
En Nebraska, el gobernador demócrata John Kitzhaber promulgó en abril una ley aprobada por la asamblea legislativa para otorgar licencias a los indocumentados en general, con validez de cuatro años y sin necesidad de prueba legal de permanencia en el país.
Sin embargo, en noviembre el tema fue sometido a referendo por iniciativa de los grupos de interés Oregonians for Immigration Reform y Protect Oregon Driver Licenses, y derrotado con el 68% de los votos.
Entre los argumentos a favor y contra predominó la oposición que veía las licencias como «un premio a los inmigrantes que violaron la ley para ingresar al país», y quedaron sin beneficio unas 160.000 personas que trabajan principalmente en el sector rural.
California figura entre los últimos estados que han decidido regularizar a los indocumentados que manejan sin licencia, y a partir del 1 de enero (en la práctica, el día 2) se expedirán los primeros documentos.
Sin embargo, antes que el gobernador demócrata Jerry Brown firmara la ley, el diseño del nuevo documento tuvo que ser negociado con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para que fuera diferente de la licencia común.
Después de algunas conversaciones, el Departamento de Vehículos Automotores de California incluyó la frase «se aplican límites federales» para dejar claro que las licencias no son válidas como documento de identificación para abordar vuelos internos, y tampoco otorgan beneficios migratorios.
En Illinois, se denominan Licencias de Conducir Temporal para Visitantes (TVDL), tienen un color diferente y son las mismas que se expiden por tres años a diplomáticos, familiares de empresarios, artistas y deportistas que viven temporalmente en Estados Unidos sin un número de seguro social.
En Utah, los indocumentados tampoco obtienen un documento igual al del resto de los conductores, sino que se denomina Tarjeta de Privilegio de Conducir (DPC, por su sigla en inglés).
Los otros estados que permiten que los «sin papeles» saquen licencias son Colorado, Connecticut, Maryland, Nevada, Nuevo México, Vermont y Washington. Asimismo, el Distrito de Columbia (Washington D.C.) y el estado libre asociado de Puerto Rico.