Mi Ventana Óptica ¡Como vivas, morirás!

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Por Alejandro Almánzar

Hay quienes en su alocada carrera terrenal, ignoran los rigores de la Vida, aquello de “cosecharemos lo sembrado, y moriremos como hayamos vivido”. La forma en que cayeron los hermanos López Méndez, no podía ser de otra manera.

Según la Policía, eran despiadados criminales, que derramar sangre les divertía, aunque fueron “bien formados” en el hogar, educados en buenos Colegios de su natal Moca, pero de donde uno de ellos fue expulsado por inconductas.

Versiones recogidas por la prensa en su entorno, dicen que provenían de familias trabajadoras, que dieron lo mejor de sí para ellos, pero no queda claro, cómo siendo la madre profesional de la conducta humana, perdió su control.

Que conociendo sobre lo conductual, intente justificar las acciones de sus vástagos. Eso indica, que la descomposición social rebasa a los sectores que conforman el conglomerado nacional, incluyendo a estos tratadistas.

Y fortalece mi tesis, de que la delincuencia no proviene de los pobres, si no, de ricos y acomodados, ambiciosos sin límites, con pobre formación familiar. La condición de sicóloga y educadora, debió darle herramientas para inculcarles valores morales, espirituales, y éticos.

Pero prefiere acusar a la prensa de sensacionalista, como si eso le preocupara más que la actitud criminal y perniciosa de Omar y Cesar Alejandro. Como quien busca fuera, al culpable del desenfreno vil de ellos.

Su padre, agricultor, rara vez, un hombre dedicado a esta labor es delincuente, y por lo regular, inculca a los suyos el arte del duro trabajar, sin embargo, con apenas 24 y 20 años de edad, alcanzaron un prontuario criminal espeluznante, para quienes la vida, las leyes y la autoridad valían nada.

El escalofriante historial asumido, dice que no encontraron consejo maternal, paternal, ni familiar, para corregir ese accionar. Debe investigarse a posibles cómplices, como dice su progenitora, pero ese proceder no era de mandaderos.

Terminó perdiendo la batalla el sargento mayor, Emmanuel Taveras, tiroteado por esos asesinos, y la única satisfacción que se lleva es que sus hermanos de armas hicieron la justicia que el sistema judicial no pudo.

Su madre pide perdón a la sociedad, utilizando la misma prensa que acusa de sensacionalista, pero con eso no le devuelve la paz y el sosiego a su hijo de siete años dejado en orfandad, y a su esposa embarazada.

Historial delictivo, a principio del 2014, fueron sometidos por la muerte de un oficial del Ejército, abandonando en poco tiempo la prisión. Desde entonces, la policía les atribuye un rosario de hechos violentos, que nada explica estuvieran libres.

Mueve a preocupación, la forma fácil cómo delincuentes salen de las cárceles, y no bien recobran su libertad, obtienen armas de todos los calibres, convirtiendo al país en uno de los más inseguros del área.

Rechazamos las ejecuciones extrajudiciales, abogamos por un sistema judicial que garantice la permanencia en las cárceles de quienes no están actos para vivir en sociedad, pero Omar y Cesar escogieron morir como vivieron.

 

alex15958@hotmail.com

Twitter, @alexalma0915

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