Mi Ventana Óptica El periodismo amenazado

Por Alejandro Almánzar

Cada 5 de Abril, el periodista dominicano recibe “reconocimientos”, única recompensa en un oficio donde no se puede garantizar ni mínimamente la supervivencia, siendo esto la principal amenaza para su permanencia.

 

En el pasado, este sufrió en carne viva la persecución de un Estado, dominado por quienes se propusieron obrar sin ninguna supervisión de sus actos, por parte de la sociedad a quien le sirve un profesional serio de la prensa.

 

De ahí, la caída de Orlando, Goyito y otros, que abogaron por una nación justa, donde los derechos constitucionales fueran realidad, no simples enunciados. Esas amenazas van en aumento, ante el auge del narcotráfico y el crimen organizado.

 

De quienes al parecer, ni la autoridad tiene control, si no es que actúan bajo el amparo de quienes juran defender los derechos elementales de los ciudadanos que creen en la decencia y buenas acciones de sus semejantes.

 

Esta serie de acontecimientos lo confirma, el 14 de Septiembre, de 2004, Juan Andújar, en Azua, fue asesinado por enfrentar a estos antisociales. La marca imborrable pende aún del compañero y colega que presenció su asesinato, Jorge Luis Sención, con un brazo amputado.

 

En Agosto, de 2011, José Silvestre, cae en La Romana, por denunciar las operaciones del narcotráfico en esa ciudad. En Abril, de 2015, le tocó a Blas Olivo, emboscado por sicarios al servicio de grupos, a quienes ha sido difícil identificar, porque los involucrados fueron asesinados, algunos en las celdas donde guardaban prisión.

 

De ellos sólo quedan dos, si mal no recuerdo, pero se teme, no escapen a los planes macabros de quienes pudieran eliminarlos, para que nunca la muerte de un periodista, a quien no se le conocía tanta notoriedad, ni en su natal Bonao, sea esclarecida, porque al parecer, guardaba significativos secretos de sectores oscuros.

 

Pero este 5 de Abril, nos encuentra nuevamente preocupados, con las amenazas proferidas por uno de los involucrados al crimen del comunicador romanense, contra la periodista Alicia Ortega, desde la Cárcel la Victoria, después que esta pasara un reportaje sobre Avelino Castro, supuesto autor intelectual del crimen, quien fue extraditado desde Colombia, donde evadía la Justicia.

 

En México, los periodistas no sólo reciben amenazas, si no, que son secuestrados y asesinados, como si en este país el gobierno hubiese perdido el control del Estado, dejando al narcotráfico y el crimen organizado actuar libremente, lo que no deja dudas, el periodismo enfrenta hoy sus peores amenazas de toda la historia.

 

Los periodistas sólo portan como arma, su valor de denunciar a quienes atentan contra los principales valores de la sociedad, y ese es un rol al que nunca renunciaremos, ni con la peor de las amenazas, y de ahí, la obligación del gobierno de turno, de garantizar que Alicia Ortega, no sea tocada ni con el pétalo de una flor.

 

Porque como dijera nuestra secretaria general, Ana Pereyra, el periodismo no necesita nuevos mártires, si no, más libertad para que sus actores sigan defendiendo los más sanos intereses de la sociedad para una mejor convivencia.

 

De un ejercicio libre de la prensa, depende el fortalecimiento de la democracia, pues si el Gabo estuviera entre nosotros, quizás renunciaría a considerarlo el mejor oficio del mundo, por el contrario, lo definiría como el más temido y peligroso.

 

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