Mi Ventana Óptica Armas nucleares en manos de locos

Por Alejandro Almánzar

Como nunca, el mundo enfrente su peor amenaza, con las armas nucleares en cabezas desquiciadas, que con sólo apretar un botón pueden sembrar el caos terrenal, pues las Ojivas, o Cabezas Nucleares, son armas de destrucción masiva, capaces de diezmar a media humanidad.

 

Inventadas por el físico judío, Leó Szilard, el 12 de Septiembre, de 1933, pero su capacidad destructiva ha sido perfeccionada, convertidas en una seria amenaza para la existencia humana, porque su alcance es cada vez mayor, pudiendo franquear continentes, donde cualquier nación estaría a merced de quienes hoy se disputan el control de la tierra.

 

Según la enciclopedia Wikipedia, Rusia, posee 4,430 armas nucleares, Los Estados Unidos, 2,150. Francia, 300 y China, 178. Esto es lo declarado por estas potencias, que nunca sueltan todas las informaciones, y cualquier escéptico diría que eso puede ser el 10% de lo que realmente acumulan.

 

Esto así, si partimos, del pánico que generó el novel gobernante norcoreano, Kim Jong Un, cuando les advirtió a sus enemigos, que ya tiene capacidad nuclear instalada, sin entrar en detalle, de cuántas armas de estas posee la nación asiática.

 

Como desconociendo ese poder armamentístico de Corea del Norte, ya se hacían aprestos para entrarle, acciones que fueron detenidas después de su advertencia de que tenia sobre el escritorio el botón de desatar un infierno para quienes lo atacaran.

 

Si Los Estados Unidos, Francia y Reino Unido, atacaron a Siria, con misiles de largo alcance, por unas cuantas muertes de personas que supuestamente el gobierno sirio atacó con armas químicas, es fácil entender por qué “el puerco no rasca en Javilla”.

 

Porque el norcoreano, les desafió y lo pensaron para responderle, y por el contrario, buscan su persuasión, y hablando de igual a igual, ya este anunció que «suspende» las pruebas de estas armas con capacidad mortífera y de alcance interoceánico.

 

Estas, en manos de gente que no siente respeto por los demás, en cualquier momento convierten a la tierra en un “infierno” invivible. Ya de hecho, así parece, pues los pobres aumentan, mientras los recursos se concentran en menos manos.

 

La gente del común vive ajena a esta realidad, sin saber, que el día más claro pudiera tornarse en un tétrico gris. Sobre todo, sabiendo que el terrorismo nuclear podría ser el próximo método empleado por los que intentan imponer sus creencias religiosas.

 

Quizás su inventor nunca imaginó, eso sería algo tan nocivo y amenazante para el mundo, como tampoco pensaría, pudiera ser la herramienta para que cualquier loco de la religión y la política se cebara con su invento para poner en vilo a la humanidad.

 

Cuando el terrorismo pueda asociarse a un loco de estos, que pongan esas armas a su alcance, la Bomba de Nagasaki pasaría a ser juego de niños, ya que, una Ojiva tiene hasta el triple en poder destructivo que el artefacto usado en la II Guerra Mundial.

 

Fue cuando en realidad, se puso a prueba el experimento de Leó Szilard, dejando marcas imborrables hasta en la conciencia de quienes lo padecieron y de la sociedad que se solidarizó con las víctimas, que a pesar del tiempo transcurrido, lo siguen padeciendo, de lo que sólo se ha pedido disculpas, pero sin detener su sed de sangre.

 

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