Mi Ventana Óptica Viajar al infierno

Por Alejandro Almánzar
Ya es rutinario, posponer mis trabajos que semanalmente difundo, tanto en esta Columna, como audiovisuales que coloco en redes sociales, porque los hechos van reemplazando la cotidianidad y cambiando escenarios.
Hoy, tenía en carpeta las protestas en Irán, donde las mujeres que son obligadas a llevar un hiyab, que casi cubre sus bellos rostros, se han rebelado contra un sistema manipulador, que se apodera indebidamente de sus mas elementales derechos.
Pero este domingo, 25 de septiembre, cuando conmemoramos otro aniversario del cercenamiento del primer ensayo democrático, con el derrocamiento de Bosch, en 1963, encontré una denuncia de Rafael Guerrero y su Corrupción al Desnudo, que me obligó a cambiar el contenido.
Titulado así, porque en eso, se ha convertido pasar por nuestros aeropuertos, a donde políticos y militares nombran amigos, que sirven de enlaces con el narcotráfico y el crimen organizado, sin importarles desgraciar vidas de gentes buenas, sólo para buscar dinero.
He dedicado páginas a la corrupción, y esta es una evidencia más de lo que eso significa para una sociedad, donde cualquiera aparece millonario, sin que ninguna autoridad procure saber la procedencia de sus bienes.
Guerrero, publicó un video, suministrado por la joven Elin Rosario, de otra plataforma digital, mostrando cómo opera el tráfico de drogas en el aeropuerto de Punta Cana, que podría ser lo mismo en otras terminales.
Cómo la señora Julia Benoit, el 9 de septiembre, fue incriminada de narcotráfico en esa terminal, por un funcionario delincuente quien, usando su jerarquía, utiliza la computadora de un empleado, imprime un ticket, con los datos personales de la víctima, el que coloca en una maleta conteniendo 58 kilos de drogas, que serían enviados a Bruselas, a donde ella quiso viajar.
De lo que se enteró, al ser detenida, cuando la DNCD y sus perros de rastreo descubrieron el alijo. Cualquiera viendo esto, lo pensaría mucho, antes de intentar pasar por los aeropuertos dominicanos, pues la señora pasó diez días en una cárcel de Higüey.
Fue liberada bajo fianza, en un país, donde el Estado de Derechos es nulo, porque con tanta tecnología, no es para someter a un posible inocente a semejante situación, puesto que, si ese video llega a mano de la joven, es porque salió de la terminal, y bastaba con revisar las cámaras antes de incriminar a la dama.
Pero, quienes cometen hechos como este, son individuos protegidos por gente con poder político o militar. ¿Cuántas Julia Benoit, hembras y varones, nacionales y extranjeros, estarán confinados en cárceles dominicanas o de otros países por desalmados como este? ¿Cuántas vidas habrá desgraciado haciendo eso?
Esto sucede, porque en La República Dominicana, la gente gestiona empleos públicos “para buscársela” haciendo de todo. Eso admiro de Los Estados Unidos, donde la autoridad tiene la capacidad de saber, de los medios que los delincuentes se valen para burlarla y salirse con las suyas.
Sería 2005, cuando en Manhattan, supe de una amiga de mi hermana, que cuando regresaba del país, fue detenida en el Kennedy, porque una maleta venía con drogas a su nombre; la señora fue investigada, pero no apresada y las autoridades en pocas horas descubrieron a los responsables, y se disculparon con ella por el mal momento vivido. El gobierno dominicano debe evitar, que delincuentes creen la percepción ante el mundo, de que pasar por esos aeropuertos, es como viajar al infierno.
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