Mi Ventana Óptica Asunto de soberanía

Por Alejandro Almánzar  

Como de costumbre, Los Estados Unidos se vale de mentiras para justificar agresiones contra los pueblos, bajo esos pretextos en 1916 y 1965, invadieron el país, alegando falta de seguridad para sus ciudadanos.    

En Iraq, hicieron lo mismo el 20 de marzo, de 2003, alegando que Sadam Hussein, poseía armas de destrucción masiva, comprobándose que esto era falso, y que el plan tenía como fin controlar el negocio del petróleo y vender armas.  

Ahora, su encargado de negocios de la embajada Robert Thomas, se despacha mintiendo, que el Estado dominicano persigue a ciudadanos estadounidenses cuando llegan a puertos o aeropuertos por ser negros.   

Una declaración inaceptable, con la malsana intención de querer impedir que las autoridades apliquen la ley de migración contra haitianos indocumentados, que usados por la Comunidad Internacional invaden la nación ya ni tan pacíficamente.   

Es un plan viejo que tienen potencias, presionarnos para que aceptemos campos de refugiados haitianos en pueblos fronterizos, para quienes han llevado a Haití al colapso dejar seamos nosotros que carguemos con el problema.    

Aprovechando la agenda Biden y su política de frontera abierta, recurren a esta afrenta, sabiendo que los discípulos de Duarte jamás eso permitiremos. Recordarán, cuando buscando ese propósito quisieron pasarle un documento migratorio infame para que el gobierno lo firmara comprometiendo la soberanía nacional durante la mal llamada «Cumbre de las Américas» y que nuestros funcionarios se negaron, de ahí su enfado y sus mentiras sobre supuesta discriminación racial.    

Pero su postura ha dado como resultados la unificación de los dominicanos, incluyendo el empresariado que rechazan la retaliación de quienes buscan solucionar el tema haitiano socavando la institucionalidad y condenan su agresión gratuita.     

Nunca habíamos visto las banderías políticas y económicas tan compactas defendiendo una misma causa frente a planes macabros de quienes persiguen imponer una política de tierra arrasada bajo un supuesto nuevo orden mundial.     

El mundo de hoy no es el de 1916, ni 1965, lo que menos le conviene a Los Estados Unidos es ganarse de enemigos a países vecinos que sin dudas, pactaran con China, Rusia, Corea del Norte y otros, debilitando aún más su hegemonía regional.    

La reacción del pueblo deja establecido que no hay forma humana de obligarle a aceptar tan perversa trama. Por eso se levantan voces de expresidentes, congresistas y funcionarios de altas Cortes condenando tan sediciosos pronunciamientos.   

La oposición también está cerrando fila al lado del gobierno y sus instituciones en defensa de los sagrados intereses nacionales, conscientes del peligro que representan estas amenazas para la soberanía y la permanencia de la nación.    

Abinader y su gobierno tienen a un pueblo decidido a defender todo cuanto sea para garantizar la dominicanidad, dejándoles saber a los enemigos que en la República Dominicana no hay, ni habrá solución al tema haitiano.   

No es una decisión del gobierno, ni de funcionarios entreguistas, es un ejército de hombres y mujeres consciente de su responsabilidad con nuestros grandes hombres, el compromiso de preservar al precio que sea su patria libre, independiente y soberana de toda potencia extranjera.  

Por lo que pueden ir pensando en otra salida, como la propuesta por el expresidente de Senegal, para que esa población sea reubicada en territorios africanos, donde puedan desenvolverse como verdaderos seres humanos, somos solidarios, pero hasta que no se atente contra la salud de la patria.   

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