¡Cuidado periodistas!
Por Fernando A. De León
Con mucho sigilo, al término de la rueda de prensa cotidiana, Héctor Rafael Peña-el Morocho-, me dijo que jamás hiciera eso. Yo lo miré bien, le di las gracias; entendí el porqué del consejo.
En el reporterismo de aquellos tiempos, el fiscal del Distrito de entonces, Julio Ibarra Ríos-Julito-, solía solicitarme cigarrillos, y yo a él. Pero viene a cuento que, sin comedimiento alguno, cometí el error de pedirle uno en su despacho del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, en presencia de reporteros de la judicatura.
Pero, ¿porque narro esta anécdota que parece no guardar relación con lo que diré más adelante en este artículo? Los periodistas debemos observar un comportamiento moderado. Resulta que, recientemente oí que en la región nordeste del país un funcionario perremeísta, supuestamente, dijo que los periodistas son “mercenarios”, y que asisten a conferencias y otros encuentros oficiales, a “comer y a beber”.
Ese funcionario generalizó, y tal vez fue la opinión de uno de esos engreídos que se acercan cuando no están en el gobierno. Sin embargo, obviando lo de mercenario debemos admitir que, hasta cierto punto, con relación a algunos, su criterio tiene cierta validez. Empero, los funcionarios, con muy poquísimas excepciones, no son amigos entrañables de periodista alguno.
Sobre la afirmación expuesta, ciertamente, algunos periodistas comen a modo pantagruélico; es decir, en exceso. Los coordinadores y jefes de redacción de los diversos medios de comunicación deben estar vigilantes de esas afrentas, porque también se desacredita la empresa a la que sirven como comunicadores. También deben apartarse de los denominados “paracaídas”.
Particularmente, vivimos episodios donde reporteros(as) se presentaban a encuentros donde no estaban asignados, a eso mismo: a comer y beber. Hay que admitirlo; desde siempre, en nuestra tarea, nos hemos encontrado con ese inconveniente que perturba a los periodistas que sí les han encomendado servicios en bufés, fuentes, conferencias de prensa y otros actos.
Hay varias cosas que debe hacer un periodista que se respeta. Primero, no asistir a conferencias, ruedas de prensa y otros encuentros donde no son asignados. Y mucho menos si no se está ejerciendo en el momento.
De otro lado, el periodista no debe sentirse al menos por el bajo perfil en alguna etapa de su tarea profesional; por lo tanto, no debe estar en todas, y mucho menos si no ha sido invitado. La profesión de periodista, contrario a los que otros creen, no nos da licencia para hacer presencia en todos los actos o, en cualquier otra circunstancia.
El autor es periodista, miembro del CDP en Nueva York, donde reside.