Los de rojo
Por Fernando A. De León
Cuando viaje a República Dominicana, sobre todo a Santo Domingo, iré con la aprensión de que puedo ser apresado por miembros de la Policía Nacional, porque tengo muchas posibilidades de ser uno de los de rojo.
El doctor Santiago Castro Ventura, a quien llamamos Chago, fue apresado, esposado, y llevado al destacamento de San Carlos por miembros de la uniformada porque al identificarlo en computadora, dio rojo. Es muy posible que ahora, con la reforma de la Policía Nacional, los dominicanos conformemos dos segmentos: los de rojo, y los demás.
Se da el caso contrario de hace unas décadas, cuando los peledeístas, es decir, los morados, eran los serios. Los contrarios y la población, la chamusquina. Pero hay roles distintos en cuanto a los colores.
Los morados eran los buenos, y ahora los del código rojo son los malos, aunque sean gentes serias. Esto, por rechazar las políticas públicas de los gobiernos de Joaquín Balaguer; hay viejas fichas que ya deben ser pasivas o eliminadas. ¿Retornarán los tiempos de opresiones infundadas?
Aunque estuve en el Alma Mater de la UASD cuando nos movilizamos en 1972, Chago, fue el apresado. Pero, es posible que yo también tenga una ficha enrojecida. Siendo un imberbe fui encerrado tras los barrotes de las celdas del penal de La Victoria; ocasión en la que también se me fichó. Eso ocurrió en 1967, aunque en varias ocasiones fui detenido y conducido a destacamentos policiales.
Si Castro Ventura, exdirigente del grupo Fragua, que es una celebridad; expresidente del Colegio Médico Dominicano (CMD); además historiador, fue atropellado, ¿qué pasaría conmigo?
No quisiera pensar que el color escarlata, al acecho en la tecnología de una computadora, de paso a abusos como en los regímenes de fuerza del balaguerato. La diferencia sería que ahora nadie será maltratado por los colores que exhiba en su atuendo. No, ahora el color amenazador viene computarizado.
Parece que al igual a los pasados gobiernos, en el del cambio surge otra coloreada y abusiva paranoia que tiende a segregarnos. Interior y Policía y el mayor general Eduardo Alberto Then, director de una uniformada que parece encaminarse a una extraña reforma policial, deberían desagraviar al doctor Santiago Castro Ventura-Chago-.
El autor es periodista, miembro del CDP en Nueva York, donde reside.