Mi ventana óptica Un puro teatro
Por Alejandro Almánzar
Como no sigo al colega y amigo, Miguel Ángel Rodríguez en la farándula, no hablaré sobre la cantante cubana, la Lupe y su tema musical, pero es como mejor podemos describir el espectáculo montado por autoridades dominicanas ante un Haití disuelto controlado por criminales.
Un conglomerado, donde sus dirigentes políticos no conocen la palabra piedad y consideración sobre sus compatriotas, que ven la violencia como el mecanismo ideal para hacerlos salir a tierras extranjeras, aunque sea lanzándose a la mar.
Pero el presidente Abinader y su equipo se creen con la potestad de magnificar un conflicto para fines reeleccionista jugando con la inteligencia del ciudadano. Como siguiendo los pasos de una élite política y empresarial haitiana que nunca le ha interesado solucionar los males acumulados.
Ya sabemos que en zafras electorales buscan sacar capital a cualquier situación en combinación con grupos poderosos de ambos lados, con quienes se reúnen, pactan y hacen lo que más conviene a sus planes en contra de haitianos y dominicanos, a quienes consideran seres inútiles y torpes que no piensan.
Y ambas poblaciones tienen claro, que estos atizan odios entre su gente para manipularlos políticamente. El presidente, no puede convencernos tan fácilmente de su apego a la dominicanidad, cuando su administración está minada por quienes incluso, han denunciado el país en foros internacionales con intenciones malsanas defendiendo a los haitianos.
Mientras también se hace acompañar de individuos que no ocultan su resentimiento hacia la patria de Los Trinitarios, respondiendo a intereses de las naciones responsables de la tragedia que padecen los vecinos, en procura de que nosotros carguemos con los problemas que ellos crearon en tan empobrecida y sufrida población.
Otro ejemplo es, mientras moviliza un aparataje militar como para una guerra hacia la frontera, el mandatario sale hacia el extranjero y el ministro de los cuerpos armados dicen la prensa está ausente de todo esto, y sólo eso indica que todo esto pudiera ser parte de una farsa montada con propósitos reeleccionistas.
Y peor, sabiéndose de la sociedad empresarial entre Abinader y millonarios haitianos, algunos sancionados por Los Estados Unidos y Canadá, por financiar las bandas criminales haitianas que mantienen a los haitianos en zozobra y nadie descarta, sean quienes patrocinan el canal que busca disminuir el caudal del río Dajabón para beneficios de particulares.
Seriamos ingenuos, que sabiendo todo esto, creamos en la retórica del gobernante, que deja claro, sólo persigue desviar la atención en medio de un proceso electoral pescando en río revuelto para ganar simpatía.
Pero sabemos además, que el cierre de la frontera sólo perjudica a los pobres de los dos lados. Pero el pueblo dominicano conoce a sus funcionarios que han invadido el país de indocumentados obedeciendo a compromisos que lo llevaron al poder.
Como también sabemos, que el cierre de esta no podrá ser por largo tiempo, ya que, las poblaciones de un lado y el otro dependen de los negocios que realizan, incluyendo el comercio ilegal de todo lo que pasa por ahí.
Y ese “conflicto” con tinte politiquero no puede atentar contra la subsistencia de tanta gente, otra dificultad es, que los organismos internacionales no sancionan a Haití, a donde no existe autoridad con quién acordar nada, por eso el pueblo cree, que esto puede ser puro teatro en momentos de elecciones.
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