Mi Ventana Óptica Un pacto diabólico

Por Alejandro Almánzar
Es lo que han formado nuestros enemigos, son muchos, más de lo pensado, gente poderosa, que duerme y convive con nosotros, influyentes políticos y empresarios, que en cada gobierno tienen garantizada una cuota importante de determinación para maniobrar en base a sus intereses.
A pesar de sus asechanzas, no temo a la desaparición de nuestra nación como quieren hacer creer supuestos nacionalistas, porque estoy convencido de las bases históricas e ideológicas que las sustentan.
Aunque, preocupa comprobar la complicidad del gobierno de turno que de manera deliberada nombró en puestos claves a funcionarios que apostando a la imbecilidad del dominicano ejecutan su agenda fusionista.
El senador del partido Fuerza del Pueblo, por San Cristóbal, Franklin Rodríguez, desenmascaró a los traidores que por unas monedas comprometen la soberanía de la patria del Duarte, quien entregó su vida y bienes para proporcionarnos una nación sin injerencias de particulares.
Donde desvelara los compromisos de la presente administración de Abinader con tan macabros planes, al colocar a enemigos jurados en puestos claves como si también él formara parte de la trama.
Con documentos irrefutables, confrontó al canciller Roberto Álvarez, un declarado enemigo del país, que al servicio de la comunidad internacional ha llevado unas series de denuncias infundadas buscando perjudicar el Estado.
Pero no es el único en el tren gubernamental, como mostraba el legislador, el mandatario en la práctica revela sus compromisos con esos sectores que procuran obligarnos a asumir responsabilidad de ellos con Haití, colocando a su lado a empresarios del vecino país que influyen sobremanera en su gobierno.
Fue al recién finado Alvarito Arvelo, a quien escuché proponer la idea de invadir a Haití, lo que sería devolverles a los vecinos su afrenta del pasado y que, como la potencia del Caribe, controlemos la Isla en su totalidad, algo que debe sopesarse bien.
¿Qué ventaja tendría este proyecto? Ponerles en bandeja de oro a quienes persiguen seamos quienes solucionemos el problema que ellos crearon, una población que, si fuera fusionada con Dubái, al poco tiempo la ruina se adueñaría de tan próspera nación.
Ya hablaba en mi canal de You Tube, cómo contrario al abandono en que nos dejó España, viviendo de la caridad, Francia, deja en mejores condiciones institucional y económicamente para que desarrollaran a Haití y los hechos hablan por mil palabras.
La mejor solución al problema haitiano lo propuso el presidente de Senegal, quien ofreció territorios para que esa población fuera reubicada en su habitad natural luego del terremoto de 2010. Ninguna intervención armada que busque acorralar una vez más a esa masa resuelve nada en el empobrecido país.
Con una cultura tan cerrada, que llevan siglos en América y de dicho continente nada han asumido, los indígenas, se han americanizado, los estadounidenses vienen de Europa y practican las costumbres y religiones que encontraron a su llegada.
Ciudadanos del Asia, árabes, asumen las culturas y costumbres de su nueva tierra, mientras los haitianos creen que aquí debe prevalecer las de ellos por encima de la que encontraron aquí y ahí debe radicar su condición en que están terminando.
Pero este pacto diabólico contra La República Dominicana es obra de aquellos que tienen sus capitales en los Paraísos Fiscales, porque no confían en el país y conscientes de que el pueblo en cualquier momento podrá juzgarlos por alta traición.
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