Perremeístas en Nueva York

Por Fernando A. De León
Es evidente que, en Nueva York, ha descendido el ímpetu de enfervorecidos perremeístas. Ya hay pocos de los exultantes miembros y simpatizantes del partido en el poder, que defiendan con vehemencia las ejecutorias del presidente Luis Abinader.
Y es- según nuestro criterio-, que el presidente ha estado en una burbuja de egotismo, que es distinto al egoísmo, ponderando su gobierno y resaltando sus “virtudes” como mandatario, pero con resultados muy distantes a los que prometió en campaña, y luego de arribar al poder.
En otras palabras, el mandatario les ofertó a los dominicanos cuasi un paraíso similar a la utópica comunidad de Arcadia, sin embargo tenemos un fiasco gubernativo. Su gobierno ha sido eficaz en asumir normas, no consensuadas; pero deficiente en conjurar los males que azotan a las masas desposeídas.
Esta desafortunada situación se evidenció más con la fallida reforma fiscal. En suma, podría decirse que el gobierno de Abinader se ha distinguido por lo fantasioso, dejando una caterva de “reculeos”, como han dicho no pocos dominicanos. Diferentes sectores profesionales y políticos, de incidencia, lo han hecho revocar malhadadas iniciativas.
Es muy posible que, en su ensimismamiento, pensara que debido a que fue apoyado por los votantes, y teniendo de frente una débil oposición, todo le iba salir bien. Ha sido todo lo contrario. Al margen de pasiones, ciertamente, su gobierno es uno que prácticamente ha devenido en un fraude político.
Sin cambio, como en los mandatos que le precedieron, dizque hay un crecimiento económico; pero a pesar de maquilladas estadísticas, los pobres son más pobres, y para colmo, hay serias falencias en los programas asistenciales y en otras obras. La pantalla chica está atiborrada de quejas en diversas regiones del país.
La delincuencia continúa zozobrando al pueblo dominicano. El Ministerio Público no ha sido tan independiente, y muestra de ello es que hay casos de corrupción justificados por ser dizque ‘subsanables’; casi todos los servicios públicos se han caído. Y ni hablar del no control en el alza de los precios de los alimentos. Las amas de casa están desesperadas.
Ahora hay que esperar si luego del gobierno encabezado por Luis Abinader; en el 2028, el pueblo decide que el Partido Revolucionario Moderno (PRM) debe continuar en el poder o, si por el contrario, considera que ese desprendimiento del PRD, al igual que este, es solo bueno en la oposición.
El autor es periodista, miembro del CDP en Nueva York, donde reside.