Mi ventana óptica Del Watergate a USAID Por Alejandro Almánzar

Como introducción, un recuento de cómo y para qué nace la (United States Agency for International Development) o Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, que el presidente Trump definió como una “bola de gusanos” y que pidió su inmediata disolución e investigación sobre el manejo de miles de millones de dólares de los contribuyentes.
Su misión estaba sujeta a proporcionar asistencia internacional en diversas áreas, como desarrollo económico, salud, educación, gobernanza, ayuda humanitaria y derechos humanos. Fundada en 1961, durante el mandato del presidente John F. Kennedy, para fortalecer la estabilidad global y fomentar el progreso sostenible de países en vías de desarrollo alineando sus actividades con los intereses estratégicos estadounidenses.
Esto se escucha maravilloso, pues ha sido norma de Los Estados Unidos, facilitarles ayudas a países con mayores necesidades, pero desde hace décadas, esos propósitos fueron cambiados y durante la Guerra Fría, la USAID se dedicó a espiar a jóvenes que tenían ideología de izquierda y luchaban contra las dictaduras del momento.
¿Periodistas informantes? Nada nuevo, en los 80, recibía informaciones de que dicha institución patrocina a periodistas y personajes de la «Sociedad Civil» para que denunciaran actividades de la Izquierda. Ese testimonio me lo ofrecieron dos personas, uno de ellos decían en Los Mina, «era agente de la CIA» y un joven izquierdista, a quien intentaron reclutar y no aceptó.
No doy sus nombres porque ambos partieron de este plano. Pero si recordamos el escándalo de Watergate, donde por espionaje a políticos y encubrimiento, provocó la renuncia del presidente Richard Nixon, en 1974, este caso es mucho más espeluznante.
Que involucra a figuras que cualquiera se negaría a creerlo, por ejemplo, el legendario senador por Vermont, Bernie Sanders, entre otros, de todos los partidos que intervienen en la política. Por lo que no sería extraño que, en países como La República Dominicana, salgan a relucir quienes se beneficiaron de la repartición de cientos de miles de millones de dólares para imponer una Agenda de grupos sin importarles destruir la Soberanía Nacional.
Tenemos encima un Nuevo Orden y podríamos agradecer, que estamos entrando en esa faceta con un gobernante a cargo de la primera potencia, que persigue transparentar tanto el accionar de los actores aquí, como en esos litorales, donde la corrupción permea a tantos sectores por la falta de aplicación de una real justicia.
Por lo que, el país tiene una gran oportunidad para recuperar el espacio soberano cedido por la administración de Luis Abinader a intereses de una Agencia conspiradora. Pero el pueblo debe ir en masa y pedir su renuncia de la presidencia a un gobernante que dio la espalda al interés nacional, prestándose a planes tan macabros en contra del país.
Esperamos pacientemente por los resultados de esa investigación ordenada por el presidente Trump que, de seguro, tendrá consecuencias contra todos los involucrados de aquí, de allá y de acullá. Un libreto que sacó de circulación nuestra Bachata y el Merengue para invadirnos con una música basura, con fines de destruir la dominicanidad y su cultura.
El escándalo de la USAID revive el malestar generado por el Watergate, que tambaleó el sistema político y esto podría terminar de derribarlo. Invirtiendo millones de dólares para promover la homosexualidad y desestabilizar a países con el desorden migratorio, incluyendo a USA.
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